Brotes verdes en la plaza Lesseps (Barcelona), ayer.
Esta primavera ha comenzado con la Luna en conjunción con Saturno. El cuarto menguante lunar indica que el satélite de la Tierra está en cuadratura con el Sol y que sus energías decrecientes no se han sumado, en este inicio de la estación, a las del astro del que recibe su luz. Algo que nos recuerda que la primavera -y la transmutación alquímica- es una "obra del Sol", de un Sol ahora fortalecido por su exaltación en Aries.
A Mercurio podremos verlo poniéndose sobre un horizonte llano durante el crepúsculo vespertino de los últimos días de marzo y los primeros de abril. El resplandor solar ya ha ocultado a Venus, si bien éste transitará con rapidez por su conjunción inferior y reaparecerá como lucero del alba, brillantísmo, a finales de este mismo mes. A Marte lo iremos observando hacia el oeste durante la primera parte de la noche, con un ocaso cada vez más adelantado. El brillo inconfundible de Júpiter nos acompañará constantemente, aunque su puesta cada vez más temprana hará que lleguemos a perderlo de vista durante algunas horas de la noche en junio. Y a Saturno lo veremos emergiendo cada día por el este casi al mismo tiempo que Júpiter culmina en el punto más alto de su trayectoria.
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