El Triángulo de invierno está formado por tres estrellas de
primera magnitud -Betelgeuse, Sirio y Proción- que pertenecen respectivamente a las
constelaciones de Orión, Can Mayor y Can Menor y se disponen sobre los vértices de un triángulo aproximadamente equilátero superpuesto a la Vía Láctea. La
antigua, fría y roja Betelgeuse ocupa un hombro de Orión; la luminosa,
fulgurante y multicolor Sirio se encuentra sobre el hocico del Can Mayor; y la
blanca Proción adorna un costado del Can Menor.
Can Mayor
Los griegos visualizaron a esta constelación como un perro
alzándose sobre sus patas traseras. Relata Eratóstenes que era un can de Orión,
que siempre lo acompañaba cuando salía de caza ayudando a todos los cazadores
con el mismo empeño, y que fue elevado al firmamento tras la ascensión de su
dueño ya que nunca se separaba de él. Cita el astrónomo de Cirene también otra
tradición según la cual dicho animal era el perro guardián de Europa y fue
obsequiado al rey Minos junto con una lanza. Minos ofreció estos regalos a Procris
en agradecimiento por haberlo curado de una enfermedad y Céfalo, certero
cazador desposado con Procris, acudió con ellos a Tebas para poder dar caza a
una zorra de la que se había dicho que nadie sería capaz de matarla. Tanto el
can como la zorra fueron elevados a los cielos por Zeus.
Las constelaciones de la Liebre y el Can Mayor en una carta de Urania's Mirror. Londres, ca. 1825.
Escribe Manilio en sus Astronomica que el Can Mayor es “el
más violento de los astros para la tierra cuando sale y el más perjudicial
cuando se pone. Cuando se levanta está rígido por el frío, y, cuando deja el
radiante cielo, éste se halla abierto al calor del sol: de esta forma mueve el
universo en ambos sentidos produciendo efectos contrarios”.
Sirio es la estrella más brillante del Can Mayor. Su nombre
deriva del griego seírios, "resplandeciente”, y es más luminosa y de mayor
tamaño que nuestro Sol. Para los egipcios -quienes la denominaban Sothis-, este
lucero estaba relacionado con Isis y su orto helíaco (esto es, su primera
aparición antes de la aurora tras varios meses sin ser visto) señalaba el
comienzo del año, anunciando la crecida del Nilo y los “días caniculares” o del
can, cuarenta jornadas al inicio del año sotíaco que coincidían con el período
más caluroso del verano.
En China, Sirio era conocido como Thien Lang -el “lobo
celestial”- y se consideraba una estrella de mal augurio pues cuando brillaba
mucho presagiaba el ataque de los lobos. Así mismo, es venerado en el Tíbet. Los
pueblos dogón de Mali se han referido desde antiguo a una estrella compañera de
Sirio (la pequeña Sirio B con la que Sirio forma un sistema doble) a la que
llaman Po, “la estrella más pesada”, con cuya órbita elíptica de 50 años establecen períodos de carácter ritual.
Can Menor
La antigüedad griega denominaba a este asterismo tal como
hoy en día se designa a su estrella principal, Proción, viendo en él a otro
perro de caza del gigante Orión. Proción quiere decir literalmente “delante del
perro” y su nombre se debe, según explica Eratóstenes, a que el orto y el ocaso
de la constelación anteceden a los del Perro o Can Mayor.
Al igual que Sirio, Proción es una estrella binaria o doble.
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