lunes, 1 de septiembre de 2014

El Boyero

La estrella más brillante de la constelación del Boyero es de color amarillo y resulta muy fácilmente visible en los cielos de primavera y verano. Su nombre, Arturo, significa “el que guarda osos” y se refiere a la faceta del Boyero (=“pastor de bueyes”) como perseguidor de las Osas Mayor y Menor alrededor del polo norte celeste. En la Antigüedad se la consideraba un presagio de tormentas, y la Astrología siempre la ha tenido por un astro benéfico. Arturo se sitúa en la rodilla del Boyero.

Arato denomina Artofílace (=“guardián de la osa”) a esta constelación.

La tradición relaciona al Boyero con el ateniense Icario y su hija Erígone. Cuenta el mito que Dioniso reveló a Icario el secreto de la elaboración del vino y que éste obsequió la bebida a unos labradores. Aquellos la bebieron hasta embriagarse, y creyendo haber sido envenenados, mataron a Icario y quemaron su cuerpo. Erígone, con la ayuda de su perra Maira, buscó la tumba de Icario y habiendo dado con ella, apesadumbrada, se ahorcó. Zeus (o, según otras leyendas, Dioniso) elevó a los cielos a Icario como el Boyero, a Erígone como Virgo y a Maira como la estrella Procion del Can Menor (o la constelación de Canes Venatici).

Virgo se sitúa a los pies del Boyero, el cual extiende su mano hacia el rabo de la Osa Mayor.

De Johannes Hevelius, Firmamentum Sobescianum sive Uranographia. S. XVII.

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